Once pronósticos para 2024

Luisondome 

Imagen: iStock

Es en esta época del año, la temporada de pronóstico, cuando se echa la mirada hacia adelante y se intenta ver que es lo que hay mas allá de la línea del horizonte.

Bancos, grupos de expertos, periódicos y consultores repasan lo ocurrido en el año que acaba de finalizar y hacen sus análisis para descubrir por donde vendrán los principales avances, y cuales serán los “principales riesgos” para 2024. Para ser justos, predecir el futuro con precisión es difícil, si no imposible, para un horizonte de 12 meses, pues todo parece cambiar muy deprisa y de manera muy caótica, pero no deja de ser un ejercicio interesante para cualquiera que lo intente. 

A simple vista, parece que se avecinan tormentas durante las elecciones presidenciales de EE.UU.,  continúan los temporales bélicos en Ucrania y Gaza, aparecen intermitentemente luces y sombras en la relación bilateral entre EE.UU. y China, y por si fuera poco, mas de 70 procesos electorales se celebrarán en este año en diversos países del mundo con resultado incierto, y hay un importante aumento de altas presiones en otras zonas del Oriente Medio y en Asia Oriental que no auguran nada bueno, para lo que habrá que estar preparado.

De entre todos los riesgos que acechan al mundo, diez de ellos son plausibles, aunque poco probables, y podrían tener impactos significativos para las empresas, los mercados y el mundo en general, en el caso de que sucedan. 

1 - La posibilidad de un golpe de Estado en Venezuela

Venezuela es uno de los muchos países que acudirán a las urnas en 2024. Y su elección (aunque quizás un poco menos libre y justa) parece tan compleja como la de Estados Unidos.

Es casi seguro que Nicolás Maduro se postulará nuevamente, pero quien a él se enfrenta, la líder de la oposición María Corina Machado, esta sigue inhabilitada para ocupar cargos públicos por presunta corrupción, y aunque ha presentado una apelación, es poco probable que consiga ganarse a una Corte Suprema dócil con el Poder Ejecutivo actual, por lo que Machado tiene mas posibilidades de ser excluida del cargo de las que tiene el mismísimo Donald Trump.

La primera elección de Maduro en 2018, no fue reconocida por decenas de países y fue objeto de sanciones, y veremos lo que pasa en 2024 con el resultado de las elecciones. Si las gana Maduro, la duda es si será reconocido internamente por el pueblo y especialmente por los militares (algunos de los cuales intentaron un golpe de estado en 2019), y externamente si se aceptará el resultado según haya transcurrido o no con normalidad el proceso electoral, algo que no está garantizado en Venezuela.

Venezuela ha tenido siete golpes de estado (cuatro exitosos, tres fallidos) desde 1908. Y el país continúa enfrentando muchas de las condiciones que hacen que los golpes sean más probables. La economía está estancada, la inflación y la desigualdad son altas y las rentas del petróleo prácticamente se han agotado, a lo que hay que sumar el conflicto con la Guyana por la reclamación territorial que incluye vastos recursos petrolíferos en la zona. Lo que es igualmente importante es que fácilmente podría haber una crisis constitucional si las elecciones no se consideran legítimas y si los militares, sin Maduro y su Partido Socialista Unido Chavista, quieren salvar su deteriorada imagen (lo poco que queda de ella) ante el mundo.

2 - La posibilidad de una gran guerra entre Etiopía y Somalia

Somalia y Etiopía podrían terminar en una guerra por poderes a gran escala. Ambos países han sido campos de batalla por la influencia entre Turquía y los Emiratos Árabes Unidos en los últimos años. Pero el presidente etíope, Abiy Ahmed, ha aumentado las tensiones en los últimos meses al afirmar periódicamente el “derecho” de su país sin salida al mar al acceso al mar –una amenaza que se cree dirigida a Eritrea– y apenas este mes firmó un acuerdo con Somalilandia, una provincia separatista no reconocida de Somalia, que daría a Etiopía acceso a su costa del Golfo de Adén.

El gobierno somalí percibe el acuerdo con Somalilandia como un acto de agresión contra su soberanía e integridad territorial. Al igual que varios vecinos, organizaciones internacionales y grupos que no temen el conflicto, incluido Al Shabaab, que ha expresado su oposición a cualquier presencia etíope en Somalilandia.

En este contexto, una guerra entre Etiopía y Somalia sería desastrosa, pues independientemente de que es casi seguro que sería una catástrofe humanitaria con millones de afectados, Etiopía es mucho más poderosa que Somalia (su población es seis veces mayor y su ejército mucho más capaz, y Somalia está agotada por su lucha de 17 años con al-Shabaab). Geopolíticamente, un conflicto sobre Somalilandia podría parecerse a una guerra por poderes ampliada en Yemen, con Eritrea, Kenia, Sudán, Egipto, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos avivando las llamas, sin mencionar a Rusia, Arabia Saudita y cualquier otro país que quisiera mencionar, China incluida que tiene intereses en la zona. Esta guerra crearía aún más riesgos para el comercio marítimo, ya que el estrecho de Bab El-Mandeb –un cuello de botella mundial para el transporte marítimo que conduce al Mar Rojo y al Canal de Suez, que ya de por sí es demasiado inseguro para el tráfico marítimo por el conflicto de los Hutíes del Yemen, y que vería aumentada su peligrosidad por el conflicto entre Etiopía y Somalia.

3 - ¿Que pasaría si apareciera un candidato de un tercer  en las elecciones estadounidenses?

La mayoría de los riesgos discutidos sobre las elecciones presidenciales de Estados Unidos tienen que ver con la elección de Donald Trump como candidato, con la polarización y la división aún más de la nación, y con una victoria que pudiera no ser reconocida por los oponentes del ganador de las elecciones.

Un riesgo que parece no ser tenido en cuenta es que la aparición de un tercer candidato influya en el resultado en el resultado final de las elecciones. Ningún candidato de un tercer partido ha ganado jamás una elección presidencial en los EE UU, pero si han existido antes y han dividido el voto. Theodore Roosevelt, después de servir como presidente, se postuló como independiente y dividió el voto republicano, lo que llevó a la elección de Woodrow Wilson. También la candidatura de Ross Perot de 1992 obtuvo casi el 20% de los votos escrutados, a pesar de que no obtuvo ningún voto en el colegio electoral.

Hoy en día, los patrones de votación y la aritmética del colegio electoral significan que un tercero sólo necesitaría obtener el 1 o 2% del voto nacional para decantar la elección de un candidato hacia uno u otro partido.

Las condiciones están dadas para que aparezca un tercero que se sume a la batalla por la presidencia. Existe una insatisfacción generalizada de los votantes con los dos partidos principales, el sistema político en general y los dos candidatos más probables, Donald Trump y Joe Biden por distintas razones. Trump ya ha sido bloqueado en dos Estados, y puede haber mas, y la gestión de Biden de su Presidencia que no satisface a todo el mundo, su edad, y los líos de su hijo Hunten Biden, están lastrando las posibilidades de que Biden renueve su Presidencia.

Varios contendientes, incluidos Robert F Kennedy Jr y Cornel West, ya se han lanzado al ring, mientras que Joe Manchin, más atractivo en el centro, prácticamente ha dicho que se postularía. Y se ha formado un súper PAC dirigido por un ex asesor de Arnold Schwarzenegger y Mitt Romney, dispuesto a financiar lo que sus partidarios consideran un candidato “moderado”.

Por otro lado, cabe la posibilidad de que a Trump se le niega la nominación republicana y decida postularse como independiente a las elecciones. Sería difícil que las ganara en esta situación, pero quien sabe lo que haría en el caso de que de él y de sus partidarios dependiera quien ocuparía la Casa Blanca. En Estados Unidos, la tierra de las oportunidades, todo es posible. Dicen.

4 - La posibilidad de que la burbuja de la IA estallara

Se habla mucho últimamente de la Inteligencia Artificial, mucho bueno, y mucho malo. La mayoría de los expertos dicen que los mayores riesgos de la inteligencia artificial para 2024 se relacionan con que los robots superen a los humanos, lo que sería muy malo. Según esta visión convencional, los avances tecnológicos continuarán a la velocidad del rayo, los políticos no podrán regular lo suficientemente rápido la utilización que de ella se haga. La IA se utilizará para aumentar la desinformación y su proliferación sólo dividirá aún más a las sociedades ya polarizadas y atomizadas (esto también sería muy malo). 

Otro riesgo es más prosaico: es posible que hayamos alcanzado el pico de IA, y el progreso tecnológico pueda avanzar linealmente, no exponencialmente. Es posible que los modelos de lenguajes grandes apenas avancen, ya que se han quedado sin datos para extraer y ya han rastreado Internet durante varios años. 

Pudiera entonces ocurrir que, como el caso de la burbuja de las puntocom, que hizo que el Nasdaq se quintuplicara entre 1995 y 2000 antes de caer un 77%, la economía estadounidense bien podría estar siendo empujada hacia una nueva burbuja, esta vez de la IA.

5 - El posible fin de la teocracia en Irán

Las ideologías nacionales y los modelos de gobernanza no son inamovibles. Pocos predijeron el colapso de la Unión Soviética y la transición de Rusia al capitalismo en los años noventa. Y las teocracias no duran para siempre: el Sacro Imperio Romano pasó a un gobierno secular en el siglo XVI; Los Estados Pontificios se transformaron en el recién formado Reino de Italia durante la década de 1850 con el risorgimento .

Irán también podría perder su vestimenta religiosa. La teocracia en Irán es una anomalía histórica, con un gobierno islámico desde 1979, tras la caída del Sha de Persia. La sociedad ha cambiado mucho en el mundo, mientras que en Irán esta esta comprimida por la teocracia de un régimen profundamente islamista.

Las recientes protestas, provocadas por cuestiones como la aplicación del hiyab, han dado lugar a debates internos sobre posibles cambios en el país. Hay un descontento generalizado y una falta de respeto hacia los mulás gobernantes, tanto entre los jóvenes desconectados de los ideales de la revolución como cada vez más entre los conservadores de mayor edad. Los iraníes en general están desconcertados por el costoso gasto de su gobierno en conflictos, causas y poderes distantes y que provocan sanciones para su país. Y algunos de ellos, como Hamás, ni siquiera son chiítas. Sin un sucesor claro, la eventual muerte del Líder Supremo Ayatollah Khamenei, de 84 años, bien puede significar la desaparición del aspecto islámico de la República Islámica, incluso si facciones como el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica conservan las palancas del poder.

Pero el fin de la teocracia no significaría necesariamente el comienzo de la democracia. Tampoco significaría un acercamiento inmediato con Israel y Occidente, con quienes Irán tenía buenas relaciones antes de 1979. La política exterior iraní seguirá estando impulsada por sus intereses nacionales, aunque puede dejar de percibirlos a través de la lente de la revolución de las políticas milenialistas, teocráticas y anti-occidentales. 

6 - La posibilidad de que las rutas comerciales marítimas se rediseñaran repentinamente

La Ruta del Mar del Norte podría volverse significativamente más operativa en 2024 si por el calentamiento global se reduce el espesor del hielo. La mayoría de los expertos han dicho que pasarán años hasta que el hielo se derrita lo suficiente como para que las navieras justifiquen las condiciones (o las tarifas del rompehielos), pero Vladimir Putin es más optimista. Dado que los barcos evitan cada vez más el Mar Rojo por el incremento de la peligrosidad  por motivos geopolíticos, pasar por el Estrecho de Bering entre Rusia y Alaska puede parecer una mejor alternativa que rodear Sudáfrica, sobre todo para Europa. Sin embargo, un punto de estrangulamiento marítimo compartido entre Rusia y Estados Unidos puede no ser fácil de ser gestionado. Esta semana, Putin visitó por primera vez la península de Chukotka, frente a Bering, una señal de su interés por esta nueva ruta. 

7 - Un rebote de China

El consenso generalizado entre los economistas es que China se enfrenta a una desaceleración gradual. Pero China podría recuperarse inesperadamente y superar la tasa de crecimiento del PIB del 5%. Este resurgimiento podría ser impulsado por una combinación de inversión extranjera renovada (después de todo, el crecimiento y la estabilidad política de China podrían parecer más atractivos para los inversores que Estados Unidos este año), el aumento del consumo interno (que podría crecer si el gobierno implementa reformas largamente postergadas), y la innovación tecnológica (el índice bursátil STAR de China, de gran tecnología, podría experimentar un auge similar al Nasdaq, con sus componentes de IA, al tener más datos para extraer, superando a sus pares estadounidenses). Semejante acontecimiento alteraría la dinámica económica mundial y desafiaría la actual narrativa de una menguante influencia china, algo poco probable cuando la intención del Gobierno Chino, y especialmente de su Presidente Xi, es precisamente aumentar y extender globalmente esa influencia, no solo por si misma, sino junto a los BRICS, y tanto tanto en lo económico con el afianzamiento de la Ruta de la Seda, como en lo militar con el desarrollo de su poderío naval, aéreo y tecnológico, lo que haría que se resintiera la política y el establishment de defensa de Washington.

8 - Tensas relaciones cívico-militares en México

También los mexicanos acuden a las urnas este año para elegir al sucesor del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien ha estado en el poder desde 2018. La candidata principal, Claudia Sheinbaum, fue alcaldesa de la Ciudad de México y es conocida por su política progresista y cercana. Habrá que seguir cual es el papel de los militares ante un posible cambio en la presidencia, cuya influencia ha aumentado significativamente bajo la de AMLO con misiones que van mucho más allá de sus deberes tradicionales. Hoy en día, los generales están involucrados en infraestructura, la administración de puertos terrestres y marítimos y la aplicación de la ley en medio de una violencia creciente en buena parte del país. Las fuerzas armadas no tienden a ceder el poder fácilmente. Sheinbaum apoya el uso continuo del ejército en tareas de seguridad pública por ahora, pero dice que eventualmente deberían ser asumidas por la Guardia Nacional. Puede que a los militares no les guste esto. 

9 - Y si Modi pierde las elecciones indias...

Parece que Narendra Modi ganará la reelección en 2024, pero no las tiene todas consigo. Sus índices de aprobación se han mantenido constantemente por encima del 60% durante su segundo mandato. Las encuestas de opinión indican una posición fuerte para su partido Bharatiya Janata. Pero las cosas últimamente no le van bien, y empiezan a tomar forma otras posibilidades. Una de ellas sería que el Congreso Nacional Indio (que actualmente cuenta con alrededor del 20% en las encuestas) utilizara su nueva alianza "INDIA" de partidos de oposición para consolidar el voto anti-BJP, reemplazara a su líder  Rahul Gandhi, con una alternativa carismática que se enfrentara a Modi, e hiciera campaña eficazmente sobre temas en los que se percibe que el BJP es débil: como el desempleo, el manejo de la pandemia y la angustia de los agricultores. Una India gobernada por el Congreso podría conducir a un enfriamiento del nacionalismo hindú y a un enfoque menos contundente de la política regional. Dicho esto, esperamos que conduzca a pocos cambios en la configuración macroeconómica de la India o en su compromiso con el papel de estado geopolítico indeciso que tira hacia uno u otro lado.

10 - ¿Que tecnologías tendrán influencia en la política?

Durante la Primavera Árabe, las redes sociales fueron aclamadas por desempeñar un papel fundamental en la caída de los tiranos. “La revolución será tuiteada” fue la frase de moda. Han pasado quince años y las redes sociales ahora se consideran más como una fuerza divisiva, que promueve la desinformación, que socava inherentemente la democracia y alimenta el surgimiento de los demagogos. Hoy en día, los pesimistas afirman que las fábricas de trolls ya no son necesarias para influir maliciosamente en las elecciones, ya que se puede aprovechar la inteligencia artificial para ocupar su lugar. Los trolls deberán preguntarse si su profesión seguirá existiendo más allá de 2024. Una predicción banal pero contracorriente es que las falsificaciones profundas, las redes sociales , tendrán poco o  ningún impacto real en los procesos electorales que vienen, pero no  sucederá lo mismo con la Inteligencia Artificial, que puede causar grandes y graves daños a la limpieza de las elecciones.

11. Elecciones  en Taiwan

El futuro político inmediato de la isla está en juego, pero también la estabilidad y la paz en el Estrecho de Taiwán. Las tensiones estratégicas entre Estados Unidos y China planean sobre unos comicios cuyo resultado podría acelerar la decantación del signo hegemónico del siglo XXI.

¿Por qué importan las elecciones taiwanesas? Según Xulio Ríos, Asesor Emérito del Observatorio de Política China, en primer lugar, porque Taiwán es uno de los principales focos de atención geopolítica global. Desde el inicio de la guerra en Ucrania, algunos medios y analistas han reiterado hasta la saciedad la hipótesis de una grave crisis en gestación en el Pacífico que tendría a Taiwán como referente principal. Incluso se le ha puesto fecha: 2027, año en que se celebrará el centenario de la fundación del EPL (Ejército Popular de Liberación chino). Sería un “segundo frente” en la contienda entre “autoritarismo y democracia” que se desataría con el estallido de una guerra abierta entre China continental y Taiwán. 

En segundo lugar, porque una crisis en el Estrecho tendría efectos enormemente desestabilizadores para la economía global, teniendo en cuenta no solo la importancia de la industria clave de los chips de Taiwán sino la implicación, quizá ahora sí directa, de las principales economías del mundo en el conflicto.

En tercer lugar, porque del signo resultante de estos comicios puede depender la viabilidad de una solución pacífica y el consiguiente afianzamiento del diálogo entre las partes, incluso abriendo paso a otra estrategia política desde el continente que tenga más en cuenta la nueva realidad taiwanesa o, por el contrario, alentar una solución de fuerza como opción prioritaria para lograr la reunificación. Para China, esta es irrenunciable. En un momento de debilidad histórica, no pudo impedir la colonización de la isla por el Japón agresor (1895) y más adelante, tras la II Guerra Mundial y la Guerra Civil, su conversión en el portaaviones insumergible del general McArthur. Ahora que ha recuperado su poderío, no permitirá que otros fabriquen un país donde el PCCh solo ve una isla cercenada de su territorio secular. 

En cuarto lugar, por su impacto en las relaciones bilaterales sino-estadounidenses. Taiwán es una línea roja para China y probablemente uno de los talones de Aquiles principales del proceso de modernización. Si el resultado electoral permite retomar el diálogo entre Beijing y Taipéi, suspendido desde 2016, esto reduciría la capacidad de Estados Unidos de afectar la estabilidad de China esgrimiendo el argumento de Taiwán.

El PDP, el partido del Gobierno soberanista y su candidato,  el vicepresidente Lai Ching-te, parte como favorito frente a su oponente Tsai Ing-wen, según indican todas las encuestas. El KMT de Hou You-yi, no acaba de despegar. Pese a su popularidad, las encuestas le sitúan en tercer lugar. El otro candidato en disputa (segundo en las encuestas), Ko Wen-je, exalcalde de Taipéi y líder del PPT, le saca varios puntos de ventaja.

El eje de la campaña gira ya, en gran medida, en torno a las relaciones a través del Estrecho. Beijing ha dado pistas claras al advertir del peligro de una victoria del PDP para la estabilidad de la zona y señalar a su candidato como un “alborotador de principio a fin”. El KMT suscribe esa tesis del alcance de la elección. Las acciones del Ejército Popular de Liberación (EPL), por mar y aire, podrían intensificarse en los próximos meses tratando de reforzar así la credibilidad de aquellas palabras. No obstante, no está del todo claro que sea la mejor estrategia para que el reconocido pragmatismo de la sociedad taiwanesa se decante a favor del unionismo, especialmente el tibio representado por el PPT. El Gobierno, por su parte, incrementa el nivel de control y presión sobre las fuerzas pro-Beijing denunciando supuestas operaciones de infiltración y espionaje que la oposición, a su vez, denuncia como estrategias intimidatorias que buscan equiparar la defensa de las tesis unionistas con la “traición”

¿Se harán realidad estos escenarios especulativos? Puede que si, o puede que no. Pero si alguno de ellos se hace realidad, la consecuencia sin duda será importante.


Fuente: Geopolitical Strategy

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