Políticos útiles Vs. Políticos inútiles
Política Nacional
Hoy un artículo de Luis Ventoso publicado en El Debate sobre si para la dirección política son mejores los tecnócratas o los políticos, me ha dado en que pensar para encontrar una respuesta a este dilema. Una parte de la respuesta está en el propio artículo de Luis, la otra parte de la respuesta me la dio uno de sus lectores que, bajo el pseudónimo de Palabras, aportó su comentario al artículo en cuestión.
Dice, entre otras cosas, que "el bajo nivel intelectual y cultural de la clase política española es una evidencia que suscita una reflexión profunda y dolorosa sobre la naturaleza de nuestra peculiar “democracia” y de la sociedad que la sostiene. La política, como fiel reflejo de la ciudadanía, no es más que un espejo que devuelve la imagen de quienes la alimentan, ya sea con su participación activa o con su indiferencia. A mi juicio, la calidad de la clase política es inseparable del nivel cultural y ético del electorado que la elige", un sistema que, lejos de promover la excelencia y la virtud, recompensa el populismo, la mediocridad, el oportunismo y la convincente verborrea de los políticos de Clase Sanchez.
En España, el concepto ético de la política, en su acepción más noble, ha desaparecido, y lo que se observa es un vaciamiento de este ideal, el discurso político ha sido reemplazado por consignas simplistas y maniquéas que se repiten unánimemente por sus fieles afines, tanto políticos como mediáticos, mientras que el sano debate basado en el espíritu crítico ha cedido su lugar al enfrentamiento polarizador que ha dividido al país en dos.
Ello es fruto de un fracaso de los sistemas educativo y mediático que en vez de fomentar una ciudadanía con criterio y participativa, ha ido dejando el espacio político a merced de quienes mejor manejan los mecanismos de propaganda y manipulación a base de bulos y mentiras dirigidas a quienes tienen un voto en sus manos. La clase política española, a mi juicio, es el producto de una sociedad que tolera, y en muchos casos fomenta, estos comportamientos, y la ciudadanía española viene mostrando una preocupante indiferencia hacia la ética social. Los casos de corrupción, aunque generan indignación puntual, rara vez se traducen en consecuencias electorales significativas. Es como si el tiempo lo cicatrizara todo.
La solución a este problema implica no solo llevar a cabo reformas en el sistema político, sino también el lograr una transformación cultural y educativa que valore el pensamiento crítico, el compromiso ético y la solidaridad en los españoles De lo contrario, seguiremos atrapados en este bucle de mediocridad e ineptitud.
Tanto en los tiempos actuales, como en el pasado, hubo mucha gente preparada que hizo buena política, tanto en la derecha como en la izquierda. Carrillo, Francisco Frutos, Borrell, Almunia, Anguita, Felipe González, que bien nos iba a decir que nos metería en Europa y en la OTAN, y muchos mas en el lado izquierdo de la política. Todos nos han dejado un buen legado fruto de su trabajo político.
En la derecha hay otros tantos, además de algunos ministros del Franquismo como Lopez Rodó, ingeniero que fue el autor de los Planes de Desarrollo, Fraga Iribarne al que este país le debe el lugar que España ocupa en el podio global del turismo, además de sus aportaciones a la elaboración de la Constitución que tenemos, o el mismo Adolfo Suarez que desde la derecha nos trajo la democracia a este país, y debió de hacerlo bien, pues aun nos dura, a pesar del esfuerzo que hacemos los españoles para cargárnosla, etc.
Seguro que si repasamos de uno en uno a quienes han tenido una cartera ministerial, encontramos muchos mas. Y lo digo porque la foto finish la tenemos viendo como está el país hoy, y como estaba en 1980. Ya no digo nada si echamos la mirada a los años 60. Salvo Carrillo y Felipe, que eran políticos de raza y líderes, los demás eran personas con formación, y experiencia en las áreas en las que ejercieron su ministerio.
Esto es lo que no tenemos hoy. Dos ejemplos: uno, Marichús Montero es médico, que ahora nos fríe a impuestos desde el ministerio de hacienda, y que por este camino va a acabar con la salud de 48 millones de españoles. Dos, Oscar Puente, abogado, y Ministro de Transportes, incapaz de lograr que los trenes lleguen a la Estación de Chamartín porque se quedan atrapados en el túnel que la precede.
Los valores que hoy permiten a las personas progresar en política, son la fidelidad al líder, el sometimiento a quienes están por encima, la obediencia en la tarea sin preguntar y sin rechistar, y esos no son precisamente valores positivos, y se dan tanto a la izquierda, como en la derecha, pues como decía Alfonso Guerra, “el que se mueva, no saldrá en la foto”. Y así están las cosas.
Aquí tenemos la explicación de los males del país. Para cambiar la dirección en el buen sentido, hay que cambiar al director por uno que esté capacitado para la tarea que se le encomienda.
Comentarios
Publicar un comentario