Una visión tecnocrática de la paz: el movimiento paneuropeo

Geopolítica

La primera reunión de la Asamblea de la Sociedad de Naciones el 15 de noviembre de 1920 en Ginebra (Frédéric Boissonnas vía Wikimedia Commons)  

 

Junto al pacifismo religioso de Tolstoi, en la década de 1920 surgieron también visiones tecnocráticas y utópicas elitistas de un gobierno pacífico. ¿Cómo respondieron al ascenso del fascismo? 

*************** 

Por Daniel Jenkins

27 de Feberro, 2025. 

La violencia sin precedentes de la Primera Guerra Mundial y la aparición de movimientos antiimperialistas a raíz de ella hicieron de la década de 1920 una de las más fecundas del siglo XX para el pensamiento pacifista y no violento. Esta década fue testigo de una rica diversidad de visiones morales, espirituales y religiosas del pacifismo, como por ejemplo, las representadas por el pensamiento de eminencias pacifistas como Gandhi, Roman Rolland y Jane Addams, todos ellos influenciados por el pacifismo religioso de Tolstoi, como se analizó en mi última entrada. Sin embargo, la década de 1920 también dio origen a visiones tecnocráticas y utópicas elitistas de un gobierno pacífico que también tuvieron una influencia considerable, especialmente en Europa.

Sin duda, era una época de entusiasmo para los defensores del internacionalismo europeo: la Sociedad de Naciones estaba demostrando ser un facilitador de la unidad europea; el Pacto de Locarno, firmado el 1 de diciembre de 1925, trataba a Alemania y Francia como iguales; la participación del ministro de Asuntos Exteriores Aristide Briand en la Sociedad mejoró las relaciones franco-alemanas, y Alemania recibió la membresía de la Sociedad en 1926. De hecho, muchos economistas, diplomáticos y estadistas esperaban que la Sociedad de Naciones eventualmente diera a luz en Europa una federación que encarnaría la noción de Kant de “paz perpetua”.  

Los defensores de la Unión Europea argumentaban que, para evitar otra guerra mundial, los Estados-nación europeos y sus respetados partidos políticos debían aceptar y adaptarse a las realidades de su interdependencia económica e industrial. Para los defensores del movimiento paneuropeo, la interdependencia económica ponía en tela de juicio la importancia de las divisiones políticas entre izquierda y derecha, que asociaban con la era decimonónica de los Estados-nación autónomos que estaba decayendo. Lo que se necesitaba, sostenían los defensores del movimiento paneuropeo, eran expertos tecnológicos que pudieran coordinar racionalmente las economías de los innumerables Estados-nación de Europa. La gobernanza tecnocrática, en lugar del patriotismo violento de los políticos que representan a sus respectivos Estados-nación, permitiría, a su vez, la administración pacífica de Europa. Esta visión de la paz está bien ilustrada por los principales pensadores del movimiento paneuropeo, como el conde Richard von Coudenhove-Kalergi, que fue el fundador del movimiento, y Francis Delaisi, el secretario general de su rama francesa... 

 

El artículo original se puede leer en inglés desde este enlace

Artículo traducido por L. Domenech









 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Algo huele a podrido en el Parlamento Europeo

2024: el año en que la democracia afrontará su mayor reto en América

Lo que estaban haciendo Sánchez y Begoña en India, mientras la DANA destrozaba la Comunidad Valenciana