Politicos+Tertulianos= Polarización+Cansancio
Política y Tertulianos
Por Luis Domenech
LOS INVASORES DE NUESTRA TRANQUILIDAD
Los Políticos: Seres mutantes a los que solo les importa lo suyo.
Los Tertulianos: Extraños seres de una especie que se multiplica sin control.
Destino: Planeta Tierra
Propósito: Ganar el relato y capturar a la opinión pública
Áreas de combate: TV y radio.
Armas Ofensivas: Ataques indiscriminados a los Argumentos del Oponente, bulos atacantes.
Armas defensivas: La mala educación, la interrupción constante, no dejar hablar al oponente.
Las tertulias se han puesto de moda tanto en la radio como en la televisión, tanto en la pública como en la privada. Las hay por la mañana, por la tarde y por la noche durante casi toda la semana desde hace años. Como tertulianos, las cadenas eligen una serie de personas para debatir temas de actualidad, unas veces propuestos por el conductor del programa, otras veces impuestos por el poder. Por eso, cada vez más es mas evidente el ver de que pie cojea cada tertuliano. Contratan o invitan a los comentaristas correspondientes, no en función de su prestigio, conocimiento o experiencia, sino en función de su posición ideológica o política, ya que quizás los ponen en el plató, no para expresar criterios u opiniones, sino para defender partidos políticos a los que aparentemente representan.
Hay diferentes tipos de tertulianos, unos son periodistas, y otros provienen de otras áreas, unos se posicionan a la izquierda y más a la izquierda, otros a la derecha y más a la derecha, más algún que otro "verso libre". Cuando los vemos tirados en sus sillones, todos sabemos lo que están haciendo: Están ahí para defender a los suyos de los ataques de los demás, en un tira y afloja en el que todos hablan a la vez y apenas se les entiende, salvo quizás al que grita más de todos ellos. Se trata de evitar que los oyentes escuchen ciertas críticas, superponiéndo otro discurso que no es de gran contenido pero sí de muchos decibelios.
Para ello se utilizan mentiras y medias verdades, se lanzan patrañas y bulos si es necesario, todo lo que haga falta para dejar en mala posición al oponente ante la audiencia. Los mensajes de cada uno se repiten una y otra vez, con insistencia, con la intención de fijar su relato en las meninges de los oyentes. Esa es su tarea de tertuliano. Ese es tu trabajo. Y ya no digo nada si los que ocupan los sillones son los políticos directamente.
Raramente esta presente alguna que otra persona bien educada y ecuánime, que escucha mas que habla, y que cuando habla, sabe de lo que está hablando y lo expresa con independencia, con cordura y con mesura. Suelen ser personas de prestigio, profesionales de éxito, pero no son los mas ubicuos en las tertulias.
La gente no es tonta, y reconoce y diferencia entre lo que es información de lo que es propaganda u opinión tendenciosa y partidista, y esto es así porque se nota mucho. El martirio para el sufrido oyente es largo y tedioso, ya que va desde las ocho de la mañana hasta bien entrada la noche. La tertulia de fondo es un ronroneo continuo que no cesa, salvo que apaguemos el aparato.
Muchos de los medios de comunicación y los periodistas que trabajan en ellos presumen de una independencia que no se reconoce por ninguna parte. Yo, por ejemplo: un día cogí una hoja en blanco, la partí por la mitad con una raya de arriba abajo y puse los medios de izquierda en el lado izquierdo y los conservadores en el derecho. En el reverso de la página hice lo mismo, pero con los periodistas. Mostré esta lista a bastantes personas, y casi ninguna de ellas hizo cambios en el papel, de una forma u otra. Todo el mundo le puede ver el plumero a cada tertuliano y posicionarlo ideológicamente, aunque algunos son más difíciles de clasificar que otros, porque hay quien lo esconde mejor.
¿Y cuánto cobra cada tertuliano por esta valiente defensa?
Evidentemente que cada uno de estos personajes no ejerce de tertuliano por amor al arte, tampoco por defender sus ideales. Lo hacen porque cobran un buen dinero por hacerlo.
Según señala el diario digital Ideal.es, la cifra oscila entre los 150 y los 500 euros por programa, en función de la plataforma televisiva y de la audiencia que el programa tenga, si bien esta cifra se ha superado en ocasiones con algún tertuliano de élite. Entre los tertulianos, hay alguno que se pasea por varias televisiones y radios, y es habitual verlos por la mañana en una televisión y a la tarde o noche en una emisora de la competencia. Todas valen para marcar territorio ideológico y para defender las posiciones políticas de los partidos o contrarrestar los ataques que estos sufren.
Esto es una batalla de comunicadores por ganar el relato. En TVE 1, en programas como 'La Noche en 24 Horas' o las tertulias de la mañana, pagan una tarifa fija de 150 euros brutos por colaboración, a los que hay que restar el IVA y el IRPF, que algunos tertulianos facturan a través de sus propias sociedades. En el programa de Ana Rosa de Telecinco, o en el de Espejo Público de Antena 3, las tarifas de los tertulianos que acuden a su plató ascienden a 500€ por programa. No está nada mal. Para lo que gritan, y se esfuerzan por ganar la partida, están muy bien pagados.
Sin embargo, los que no ven un euro por ir a los platós de televisión y radio son, como es evidente, los políticos. Estos si que van por amor al arte, pero si que han visto una mina de oro en las tertulias, ya que son los minutos de televisión más baratos para la propaganda política, y bien que expresan su malestar a las cadenas cuando no les invitan.
¿Y con que criterio invitan los medios? Es difícil de decir, porque solo los responsables de estos lo saben. Pero los oyentes si podemos intuir la razón: dicen que todas las tendencias de opinión deben de estar representadas, aunque sería bueno que esto fuera así, por que no siempre se cumple. Hubo cadenas que tenían como contertulios a políticos que estaban siendo investigados por la justicia, por supuestos delitos de corrupción, lo que no parece ser lo mas adecuado, porque la defensa se ejerce en los tribunales, no en las tertulias.
Todas estas son razones de porque está bajo mínimos la confianza en los medios de información entre los españoles. Por eso es importante obtener información de diversas fuentes, cuantas mas mejor, incluyendo incluso algunas extranjeras, que son las más fiables al no estar sujetas a las tensiones del país. En la televisión, por ejemplo, y en Internet, puedes ver las noticias de la BBC británica o la alemana Deutsche Welle en español. También existen periódicos digitales en nuestro idioma en versión española, como el NYT.
Hay demasiados periódicos en España, escritos y digitales, pero casi ninguno que haga periodismo en lugar de política. Por suerte, muchos españoles hemos desarrollado poderosas defensas contra la propaganda, que nos protegen del adoctrinamiento periodístico y del político.
Tenemos los políticos que tenemos, y lo mismo ocurre con los periodistas. Este país merece mejores políticos y mejores periodistas que los que sufrimos. A menudo escucho a los periodistas reprochar a los políticos que se ocupen más de los problemas de los ciudadanos que de luchar dialecticamente entre ellos, y me pregunto, ¿los periodistas no están haciendo lo mismo? Eso es lo que veo. Algo están haciendo mal.
Lisa Armstrong, reconocida periodista norteamericana, en su artículo titulado "Cuando la neutralidad es una restricción", publicado en CJR Rewiew, cuenta como Marvin Kalb, director fundador del Centro Shorenstein sobre Medios, Política y Políticas Públicas, escribió en "¿Por qué no gritó la prensa? Periodismo estadounidense e internacional durante el Holocausto: En un oficio que ensalza la objetividad, ¿cuán neutral y desapasionado puede ser un periodista?", afirma que en el periodismo suele considerarse la difusión imparcial de información. Según él, el papel de los periodistas no es proporcionar información aislada, sino aportar contexto, historia, soluciones y análisis crítico para que el público comprenda verdaderamente los problemas y sus implicaciones.
Kalb explica la distinción, hecha por Elie Wiesel, entre proporcionar información a la gente y dotarla de conocimiento. “Por sí sola, la información solo significaba la existencia de datos. Carecía de un componente activista y ético. Era neutral”, escribe Kalb. “El conocimiento, insinuó Wiesel, era una forma superior de información. El conocimiento era información internalizada, coronada con una dimensión moral que podía transformarse en un llamado a la acción”.
Esto es lo que debe ser el periodismo ahora: no simplemente un espejo, sino una fuerza moral que resista activamente la erosión de la verdad y de la democracia y rechace el adoctrinamiento.
Que bueno sería que todos los periodistas de nuestro país ejercieran su oficio desde la ética de su profesión, y a partir de estas premisas, y que en este empeño les acompañaran de igual manera los tertulianos. Solo por esta vía mejoraría la confianza de la ciudadanía en la información y en los medios, tan deteriorada hoy, tanto en España, como fuera de ella, y que tanto les perjudica a ellos, según los últimos datos proporcionados por Edelman Trust Barometer 2025, y por Reuters Institute Digital News Report 2025.
Comentarios
Publicar un comentario