La constructora Ferrovial traslada su sede central de Madrid a Holanda, y el Gobierno Español se mosquea

Luisondome

El Presidente de Ferrovial, Rafael del Pino. Imagen: Pablo Moreno

La empresa constructora española Ferrovial traslada su sede desde Madrid a los Países Bajos, en un movimiento que desagrada enormemente al Gobierno español. Las tres principales razones para la toma de esta decisión están en la necesidad de mejorar la fiscalizad de la empresa, la búsqueda de una mayor liquidez,  y de blindar la empresa frente a posibles adquisiciones. Este movimiento también se debe a la internacionalización de la empresa, y a que este hecho hay que acompasarlo  desde un punto de vista operativo con las necesidades financieras. 

Desde que se conoció la decisión, el valor de la empresa subió un 2% en su cotización en Bolsa. Los analistas ven sentido a la decisión tomada. Jefferies, por ejemplo, aplaude la decisión de comenzar a cotizar en los EE UU teniendo en cuenta que la compañía tiene el 80% del valor de sus activos en Norteamérica, que los inversores internacionales representan el 93% de su base inversora, mientras que Mirabaud afirma que con esta decisión se facilitan los planes de expansión en los EE UU y Canadá.

Varios directivos de la compañía venían quejándose de la inseguridad jurídica que hay en el marco del estado español, a la vez que han expresado su malestar con la fiscalidad empresarial que se emplea en España, "sintiéndose la empresa mas cómoda en el ámbito fiscal anglosajón", y es que la empresa no tiene conflictos fiscales en estos países, y si los tiene, y muchos, en España, cuyo gobierno aplicó recientemente una subida de la tasa aplicada a los beneficios empresariales para las empresas del IBEX 35, principal índice bursátil español.

Por su parte, el Gobierno como era de esperar, se lamenta de la decisión tomada por el consejo de administración, reprochándole a la empresa su falta de compromiso con el País por su marcha a los Países Bajos. La Vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño habría mostrado su disconformidad con la decisión y estaría preparada para seguir de cerca las posibles implicaciones de lo que ha considerado como una medida «errónea» por parte de la compañía. Desde el Ejecutivo se ha recibido esta noticia con decepción, pues consideran que la empresa le debe «todo a España». «No resulta aceptable que una empresa que ha nacido y crecido en España y gracias a la inversión pública de los ciudadanos españoles muestre esta falta de compromiso con su país», defienden las fuentes consultadas a raíz del plan.

El Gobierno por su parte, arremete contra la empresa. Varios ministros del Gobierno aseguran no comprender la decisión que califican de paradójica, pues según sostienen, se da «en un momento de importante atracción de inversión extranjera y confianza de los inversores y empresas extranjeras en nuestro país, y con un proceso de inversión pública y modernización sin precedentes en marcha en los sectores en que está presente el grupo».

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha criticado este miércoles que Ferrovial diga «sin rubor» que traslada su sede fiscal a Países Bajos para pagar menos impuestos, y le ha pedido que reconsidere su decisión y se comprometa con España en un momento de «necesidad» en el país. «Ser español, ser española, es defender la permanencia en tu país (…). Esto no es compromiso con nuestro país. Muchos españoles hoy están atónitos con esta noticia. En los momentos de compromiso y necesidad en nuestro país las empresas tienen que ser ejemplares», ha zanjado la vicepresidenta segunda.

La Vicepresidenta Segunda por tanto se equivoca, ya que si bien desde el Banco Sabadell señalan que Ferrovial podría ahorrar 40 millones en impuestos con su traslado a los Países Bajos, en la compañía afirman que pagar menos impuestos no ha estado entre las tres o cuatro razones que más han pesado en el cambio de la sede social, a pesar de que es evidente que la fiscalidad empresarial en España es de las peores de la Unión Europea, tal y como lo demuestra el último informe del Instituto de Estudios Económicos, basado en el Índice de Competitividad Fiscal de la Tax Foundation, en el que se dice que la presión fiscal normativa sobre el Impuesto de Sociedades es en España un 23,7 % más elevada que la media de la Unión Europea y un 22,2 % superior a la del promedio de la OCDE. La tendencia además empeora. Según este estudio, en 2020 la presión fiscal normativa sobre el Impuesto de Sociedades era un 22,1 % mayor que la de la Unión Europea y en 2019 la diferencia era de un 16 %. Este empeoramiento se ha traducido en que España ha pasado de ocupar la posición 22 de 36 países analizados en el año 2019 en cuanto a competitividad de su Impuesto de Sociedades a ocupar en la actualidad posición 32 de 38.

Desde la oposición, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Días Ayuso escribió en Twitter que la salida de Ferrovial de España confirma que Sanchez prefiere una España sin empresas antes que dar marcha atrás en su política fiscal, que nos va a arruinar. Empresas que si cuentan con el respaldo de la Comunidad de Madrid. Es insensato que el Gobierno las señale", afirma.

Javier Fernández-Lasquetty, Consejero de Economía y Hacienda, criticó los ataques y señalamientos del PSOE y Unidad Podemos a las empresas y los empresarios: "No hay derecho a que el Gobierno hable de ellos en esos términos. Ni hoy con Ferrovial, ni ayer con Mercadona, o anteayer con El Corte Inglés. Nunca ha salido bien en un país que se ha dedicado a hacer esa agresividad verbal contra las empresas".

El caso es que, tanto desde las organizaciones empresariales, como desde las grandes empresas se vienen escuchando voces desde hace tiempo quejándose del aumento de la presión fiscal y de los costes que las empresas tienen que asumir, que son cada vez mayores, razón por la que buscan la manera de sostener la rentabilidad de sus empresas.

Por esta y otras razóones, el consejo de administración de Ferrovial ha propuesto una fusión entre la matriz y Ferrovial International, una sociedad anónima europea neerlandesa que ya es titular del 86% de los activos de la compañía, lo que supondrá el traslado del domicilio social de España a Países Bajos.  La operación está sujeta a la aprobación por parte de los accionistas, y también a que el importe total de las obligaciones resultantes del derecho de separación no exceda los 500 millones de euros. Por tanto, esta decisión se tendrá que someter a la Junta de Accionistas de la compañía, que aún no ha sido convocada pero que se prevé para esta primavera. A efectos prácticos, Ferrovial pasa a cotizar en tres mercados: España, Países Bajos y EE UU. En los Países Bajos, Ferrovial International tiene un rating triple A, con una financiación más accesible y óptima para el tipo de proyectos que hace la compañía.

Esta reorganización de la multinacional española, que sólo afecta a la matriz del grupo, responde a la internacionalización creciente de Ferrovial, que tiene el mayor volumen de su actividad en el exterior. De hecho, según sus resultados, en 2022 el 82% de los ingresos y cerca del 96% del valor de los fondos propios del grupo proceden de su negocio internacional, al tiempo que más del 90% de los inversores institucionales son entidades internacionales.

Este movimiento responde a la «masiva presencia internacional y el tipo de proyectos que hace la compañía», destacan desde el sector. Este perfil con tantísima internacionalización, con el tamaño de los proyectos, pesa mucho más lo de fuera», destacan. La reorganización societaria está concebida para que el empleo, actividad e inversiones se mantengan intactos en España y sin impacto fiscal relevante, según la compañía. 

Durante los últimos años, Ferrovial, junto a las otras principales empresas contratistas españolas han fijado Australia y EEUU como puntos clave de su negocio. «Es donde se encuentra la financiación, las obras de grandes dimensiones y el crecimiento», aseguran fuentes del sector. 

Dentro del mercado internacional, Ferrovial ha llevado a cabo diferentes operaciones en Autopistas y Aeropuertos, como la entrada en el proyecto de la nueva terminal en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. Además, se encuentra inmerso en el diseño, la construcción de un tramo de una línea del Metro de Toronto (Canadá), que representa el mayor proyecto llevado a cabo hasta la fecha por Ferrovial Construcción. Destacan también desde la compañía como uno de los hitos de este año, el proyecto Coffs Harbour Bypass, ubicado en Nueva Gales del Sur (Australia), con un valor referencial de 2.200 millones de dólares australianos, equivalentes a unos 1.400 millones de euros. En los EE UU, la contratista también está implicada en la ampliación de cuatro carreteras en Texas por 340 millones de dólares (equivalentes a unos 332 millones de euros). Asimismo, abrió al tráfico en Virginia la autopista Managed Lanes I-66, con una inversión de 3.600 millones de dólares.

Esta decisión de Ferrovial, pone en entredicho la estrategia del Gobierno de promocionar en fuera de España en los principales foros de inversionistas y empresariales, las bondades que ofrece España a las empresas que invierten en nuestro país. Es evidente que esta decisión va a llamar la atención de los inversores internacionales, que se preguntarán que es lo que está pasando para que nuestras grandes empresas busquen mejores entornos de inversión. Veremos además si la fuga se queda solo en Ferrovial, o le siguen otras grandes o no tan grandes empresas con negocios fuera de España.

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