Sr. Alcalde: hay que mantener limpio el alcantarillado del pueblo.
Municipal
Las alcantarillas avisan cuando se vuelven insuficientes |
Sr. Alcalde: "Hay que mantener limpio y en condiciones el alcantarillado del pueblo, que está hecho un asco". Este ruego a la alcaldía de muchos pueblos de España, se puede escuchar con cierta frecuencia, pero especialmente en determinadas zonas, y en determinadas fechas, cuando los desagües no dan abasto para evacuar las aguas pluviales en época de lluvias.
¿Por qué sucede esto tantas veces, y en tantos lugares de España?
La respuesta es clara: porque a los políticos no les interesa gastar dinero en obras que no lucen, y gastarlo en alcantarillas, no luce nada. Es también una obra incómoda, pues hay que levantar las calles y reducir o eliminar sus servidumbres durante un tiempo, causando grandes incomodidades a los vecinos, hasta que la calle puede recuperar su espacio.
Es una obra incómoda, si. Pero muy necesaria en muchos pueblos. |
Evidentemente, gastar unos miles de euros en arreglar el deteriorado alcantarillado de un pueblo, no tiene rédito para el político local, pues la obra no luce y no es inaugurable cuando está finalizada porque el político responsable no puede cortar la cinta con la tijera de inauguraciones, y porque tras finalizar la obra, esta no se ve, y no da votos. Mejor es gastárse el presupuesto municipal en fuentes para las plazas del pueblo que son mas vistosa aunque se esté en época de sequía, y permite que el alcalde apriete el botón rojo que abre el flujo del chorrito y enciende las luces de colores, para después disfrutar con los invitados al acto, de un vinito español con pinchitos, que ahí si se pueden lucir el Alcalde y sus concejales presumiendo de lo bonita que quedó la fuente.
Las piscinas municipales de uso público son también un buen recurso para ganar votantes, al igual que financiar el Concurso Local de Tapas y otros eventos por el estilo. Cualquier cosa que luzca es un buen motivo para incluirla en el Programa Electoral, pero ¿las alcantarillas? No lucen, no se ven, no dan votos, y requieren mucho dinero, que no deja nada para otras cosas. Así que cuando llueve a cántaros, es cuando echamos pestes del alcalde y de la corporación municipal. La mayoría de las veces, cuesta menos adecuarlas y mantenerlas en condiciones, que lo que cuesta el reparar los daños causados por el agua en los casos de inundaciones.
Y es que solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena.
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