El colapso de la Paz en Colombia
Latinoamérica
Personas desplazadas por los recientes enfrentamientos entre grupos armados llegan a Tibú, Colombia, el 18 de enero. Schneyder Mendoza/AFP vía Getty Images
Por Catherine Osborn
El lunes, el presidente colombiano Gustavo Petro declaró el estado de emergencia en la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, donde los enfrentamientos entre las fuerzas guerrilleras causaron la muerte de al menos 80 personas en apenas unos días. La violencia provocó que unas 32.000 personas huyeran de sus hogares.
Durante gran parte de la administración de Petro, la política de seguridad se centró en reducir la violencia mediante diálogos y ceses del fuego con los grupos armados, incluido uno de los involucrados en la violencia del Catatumbo: el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Petro denominó la estrategia como “paz total”. Pero Bogotá suspendió las conversaciones con el ELN el viernes pasado por segunda vez en un año, y Petro acusó al ELN de “crímenes de guerra” en el Catatumbo y dijo que el grupo “no tiene voluntad de paz”.
El ELN está combatiendo con un grupo llamado Frente 33 como parte de un esfuerzo por apoderarse de más territorio en la región fronteriza entre Colombia y Venezuela, dijo el martes el politólogo Luis Fernando Trejos a la radio Caracol. El Frente 33 se separó de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a raíz del acuerdo de paz de 2016 entre las FARC y el gobierno.
El martes, Petro reconoció que su gobierno “no ha logrado” contener la violencia en el Catatumbo. Durante semanas, expertos en seguridad y la propia Defensoría Pública del Gobierno han advertido que podría estar gestándose una escalada en la región.
Para muchos analistas, los combates apuntan a fallas más amplias en la estrategia de “paz total” de Petro. Aunque su administración impulsó las negociaciones con el ELN, carecía de un plan de respaldo, sostuvo el politólogo Jorge Mantilla en La Silla Vacía .
“Estoy convencida de que trabajar por la paz desde una estrategia territorial es el camino correcto”, dijo a Caracol la politóloga María Victoria Llorente, de la Fundación Ideas para la Paz. “El problema es hacerlo sin método, sin organización, sin estrategia alguna”.
El miércoles, el ministro del Interior colombiano, Juan Fernando Cristo, anunció que el gobierno estaba enviando fuerzas de seguridad y trabajadores sociales a la región, pero no estaba claro de inmediato cuándo podrían regresar a sus hogares las decenas de miles de colombianos que huyeron.
Para complicar aún más las cosas, el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia renunció el lunes, presumiblemente para prepararse para presentarse a las elecciones presidenciales del país en 2026. Una diplomacia hábil es clave para lidiar con el ELN, que goza de una postura permisiva por parte del gobierno venezolano. Petro reemplazó al ministro de Relaciones Exteriores saliente por su jefa de gabinete, Laura Sarabia, de 30 años.
Artículo traducido por L. Domenech
Fuente: Foreing Policy
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