A vueltas con la Vuelta a España

 Editorial

La Vuelta ciclista a España, tras varios altercados producidos por manifestantes pro-palestinos en diferentes puntos de la geografía española, intentaba ayer llegar a la Capital de España, pero no llegó a la meta en Madrid. Los manifestantes cortaron calles por las que tenían que pasar los ciclistas, empujando a los agentes para ocupar la calzada, lanzando las vallas, y hubo un punto en el que el pelotón no pudo avanzar más y la organización declaró la cancelación de la última etapa, suspendió las ceremonias de entrega de premios al ganador y tuvo que evacuar a los equipos del centro de la ciudad. A partir de ese momento, el alboroto se apoderó de las calles por las que iba a circular la etapa, y por las adyacentes..

Y todo por la participación en La Vuelta a España de un equipo llamado Israel, fundado para el blanqueo internacional, según dicen los mediáticos de la izquierda. Fíjense que en la Vuelta a Cataluña celebrada anteriormente no hubo incidente alguno, quizás porque a los socialistas no les convenía enfadar a los catalanes que sostienen al Gobierno. Pero en la etapa del 27 de Agosto, cinco personas se metieron en una carretera de la provincia de Girona justo antes de que pasaran los corredores del Israel-Premier Tech, y aunque fueron desalojados rápidamente por la Policía, la imagen se vio en directo por televisión. 

 

Fue en ese momento cuando el gobierno, en la necesidad de desviar la atención mediática de los problemas en el PSOE, en el Gobierno, y en la familia de Pedro Sánchez que tienen la atención de los ciudadanos, se dio cuenta de que aquella prueba ciclista era una oportunidad al alcance de su mano izquierda para cortocircuitar por una vez la propaganda israelí, siempre tan escurridiza, y desahogar la indignación por el genocidio; pero además era para los socialistas una oportunidad de acaparar la atención de los españoles, alejándoles de los líos judiciales del Gobierno, el partido, y la familia del Presidente del Gobierno, y por tanto había que aprovecharla. ¿Es injusto para la Vuelta, para los ciclistas, para las ganas de la gente de disfrutar de su deporte preferido? Sí. Pero una vez mas había que aplicar las enseñanzas del Manuel de Resistencia de Pedro Sánchez, para protegerle del deterioro que sufre su reputación en España y fuera de ella.

Por la tarde llegaron los gases lacrimógenos, las pelotas de goma y los empujones en el forcejeo con las Fuerzas de Seguridad del Estado, ya que la Policía había recibido la orden de ‘no permitir que los manifestantes cortaran el circuito de La Vuelta’ y un buen número de manifestantes querían hacerlo, sobre todo tras haber identificado la policía a miembros de la Kale Borroka y a miembros palestinos de Hamas entre los mas violentos manifestantes . Fue el momento de la violencia extrema, violencia con el resultado de  22 policías heridos de diversa consideración. Todo lo sucedido con la anuencia de un presidente del Gobierno que durante el día había dicho sentir “orgullo” por las protestas contra el genocidio, lo que fue entendido por los manifestantes como un apoyo a su violenta protesta. 

Finalmente la carrera fue cancelada, así como los actos de entrega de los Premios, que posteriormente se celebrarían en algún lugar a puerta cerrada para evitar problemas. 

 

El boicot se convirtió entonces en una celebración y la celebración en una gran manifestación contra un genocidio que de momento solo la izquierda reconoce como tal, y por el que lucha para imponer su relato, siempre con fines políticos propios, pues los palestinos les importan un bledo. Lo que importa es la supervivencia del Presidente del Gobierno en el cargo, al que todas las desgracias le vienen como anillo al dedo, bien sean las DANAS, los incendios, y ahora lo que está haciendo el ejército israelí en la Franja de Gaza, cuyas matanzas de inocentes repudiamos, así como el aislamiento del pueblo palestino para que no reciban las ayudas que hacen que su pueblo se muera de hambre. Algo que por supuesto condenamos.